En esta entrada voy a hablar sobre una práctica que ha sido de las que más me han gustado de las hechas durante la asignatura: la práctica de los árboles. El nombre no es gran cosa pero en sí la práctica me gustó muchísimo.
La misma consistía en, mediante una ficha de códigos QR que nos aportaba el profesor, ir en búsqueda de los árboles que en ellos se mostraban por el campus de mi universidad. Eran un total de 10 árboles y de cada uno de ellos debíamos poner los rasgos de sus hojas, de su porte y alguna curiosidad del mismo árbol. También teníamos que marcar su ubicación dentro del campus en un mapa.
Destaco que lo que más me ha gustado es salir fuera a buscar los distintos árboles. Ahora sé que tipo de árbol es cada uno y sin apenas esfuerzo, habiendo disfrutado mucho. Es bonito aprender en primera persona por uno mismo, saber apreciar que lo que en Internet se muestra no es mas que un dibujo de la realidad. Esto último que he mencionado creo que es muy importante hacérselo ver también a los niños, por lo que recomiendo hacer este tipo de prácticas con ellos.
El motivo principal por el que disfruté tanto con la práctica es el que me encanta la naturaleza, los animales y plantas, y el conocer más sobre ellos me resulta satisfactorio e interesante.
El caso es que para realizar la misma requeríamos de unos conocimientos muy curiosos sobre las características de las hojas de los árboles, las cuales pongo a continuación:
Las partes que se requería conocer eran: el peciolo, la nervadura, el limbo, el nervio central, el envés, el borde, y el tallo.
Sinceramente, muchos de estos conceptos eran desconocidos para mí con ese nombre.
Con esas partes era suficiente para poder dar los rasgos de las hojas.
Dependiendo de si el limbo estaba entero o en partes podían ser: simples o compuestas.
Por otra parte, dependiendo de la forma de limbo podían calificarse como aflechada, acorazonada, oval o lanceolada.
Según el borde del limbo podían ser entera, aserrada, hendida, lobulada, partida, palmeada...
Y por último, según el tipo de nervadura las podíamos decir que tenían nerviación paralela, palmeada, uninervia o pinada.
Lo cierto es que estos pequeños conceptos sirven para aprender mucho sobre el entorno y para diferenciar la vegetación que nos rodea de forma cotidiana, lo cual creo que es importante conocer y de gran interés.
A continuación adjunto aquí la práctica que llevé a cabo con mi compañera Irene de la Cruz:
Para finalizar quiero hacer una reflexión de lo que son para mí los árboles. Desde que era pequeña siempre me han llamado la atención estos gigantes milenarios, siempre los he sentido muy vivos, como alma y con capacidad de conectar con el entorno. Desde siempre los he visto como enormes protectores y me han llevado a recordar paisajes que he vinculado siempre con lo mágico y misterioso. Realmente los árboles, dejando a un lado mi opinión sobre ellos, han sido y serán siempre portadores y generadores de vida: desde alimento y hogar de numerosas especies ( incluidos nosotros) hasta generadores del propio oxígeno.
Por desgracia se matan en exceso este tipo de criaturas y con ello a muchísimas especies cuya forma de vida se sustenta en estos gigantes milenarios. Es por ello por lo que quiero aprovechar esta entrada para concienciar sobre la importancia de no consumir de manera innecesaria recurso de todo tipo, en especial los que provengan de los árboles.
Destaco la popular masacre que se está haciendo en el amazonas talando árboles para hacer cultivos y conseguir aceite de palma ( con el que se hacen muchos alimentos que podrían llevar perfectamente aceite de oliva o girasol, y más en los productos que son de España).
Dejo aquí estos pequeños mensajes con la esperanza de que sirvan para la reflexión y valoración de éstos mis gigantes milenarios.