Como alumna perteneciente a la mención de TICE, me veo en el deber de hablar en todo momento, dentro de lo posible, de todas las ventajas a nivel humanitario y educacional que estas suponen en la sociedad. Es más, he de decir que éstas pueden suponer el avance a nivel mundial de las condiciones de vida de todos los seres humanos del planeta, si somos capaces de repartir bien las ventajas que aportan.
Por otro lado, como ser humano y futura educadora y maestra, me veo en la obligación de dar a conocer la verdad a todos aquellos que la quieran, en especial a los niños, para conseguir que en ellos germine la semilla de la moral y la conciencia, que, desde mi punto de vista más subjetivo, es la única que va a llevarles a buen puerto durante su viaje por la vida, tengan la edad que tengan, vivan donde vivan, y se encuentren en las circunstancias en que se encuentren. La parte en la que hago referencia a la verdad la aclararé al final del texto, puesto que soy consciente de que existen en la actualidad varias corrientes que defiende la no existencia de una verdad universal (enorme falacia).
Es por esto, por lo que tras haber visto los vídeos sobre el coltán de los reportajes de A3, y leído el artículo titulado: La formación docente en la sociedad digital: propiciando la reflexión sobre el impacto medioambiental y social del consumo de tecnología, me veo en la obligación de hacer una reflexión profunda sobre lo visto, que he de dejar por escrito para que esté a disposición de todo el que quiera enriquecerse o perder el tiempo (esto depende de la forma de pensar de cada individuo).
Aquí dejo el reportaje de A3 y el artículo.
En primer lugar he de decir que a toda persona existente se le debe educar en una premisa fundamental: la vida es lo más valioso que puede existir para nosotros en este mundo. Incluimos aquí todo tipo de vida: celular, vegetal, animal… porque las unas sin las otras no podrían existir con los mecanismos que conocemos. Partiendo de esto debemos saber apreciar que la vida humana es siempre más valiosa que la de una célula, vegetal o animal no humano (por la capacidad de amar del humano, que es mayor que la del animal, por esto su vida ha de valorarse más siempre).
Tras saber esto, los humanos deberíamos actuar respetando toda vida, procurando, no solo no dañar, sino intentar ayudar a quienes lo necesitan.

Siento que como educadores nos preparan para hacer que los alumnos sean capaces de desenvolverse en una sociedad donde el dinero es lo único importante, el avance tecnológico, etc… y se antepone esto de forma clara, puesto que todos pensamos en poder trabajar para ganar sueldo, vivir bien, y mientras, si es posible, colaborar con alguna ONG para ayudar a los negritos que mueren de hambre… Esto no es educar, esto no es enseñar. Desde mi punto de vista, educar no es hacer ver a los niños que sin dinero no son nadie, porque así nosotros lo hemos querido siempre.
Un educador, sea de la mención que sea, no debe limitarse a impartir una asignatura falazmente moral, que te enseña a tratar de amar al prójimo sin dejar de amar al dinero. Es imposible amar al prójimo si se adora al dinero. Debemos empezar a enfocar la educación para crear futuras criaturas que se sientan destinadas a colaborar en el tercer mundo, en crear allí condiciones de vida óptimas, en llevar allí escuelas, condiciones de trabajo dignas, tecnologías que les ayuden a vivir mejor, TIC que les ayuden a conocer el mundo en el que están y cómo se les está utilizando.
No podemos pretender que el mundo avance si solo educamos en el conocimiento por el conocimiento, y no en el amar por amar, en la igualdad por el mero hecho de disfrutar viendo felices a otros. Es absurdo simplemente utilizar recursos digitales bonitos para llamar la atención de niños que están sobre-estimulados sensorialmente si no tratamos de estimular su corazón. Y no sirve con decir: hay que reciclar, hay que ayudar, hay que consumir menos… Debemos dar ejemplo en todos los centros educativos, deben ver como algo común y habitual el hecho de no apoderarse de forma egoísta de los recursos de la Tierra. No debería hacer falta una asignatura, hace falta un ejemplo de vida. Para ello se debe tocar sus corazones, su moral, para que sientan la necesidad de hacer felices a personas que son muy desgraciadas por culpa del dinero que engendra a la codicia de un puñado de humanos que han sido muy mal educados.
La única verdad existente en el mundo es la de que, el humano, cuanto más ama, más feliz se siente, y más felices hace a los demás. Hay que mostrar a los niños el sufrimiento de los demás. Cuando vemos sufrir a alguien, de forma natural nuestro corazón nos mueve a ayudar a esa persona, a hacerle feliz. Los niños lo harán como puedan desde sus casas, motivando a sus familias a hacerlo, y posteriormente a sus hijos, sintiendo ellos incluso la necesidad de ser los que lleven a las personas del tercer mundo esos avances básicos de los que les estamos privando, y convirtiéndose así en futuras personas poderosas que sepan repartir su dinero en beneficio de todos, sin necesidad de que nadie les obligue, simplemente movidos por el afecto que aprendieron a tener desde pequeños por las personas, anteponiéndolas al dinero y a su bienestar.
Debemos educar en el aportar un bien a la sociedad del mundo ( sobre todo del mundo subdesarrollado), no sólo a una mitad del planeta. Debemos enseñar que vale la pena privarse de comodidades por hacer felices otras personas como nosotros. Debemos humanizar más. Las personas que están siendo egoístas, tienen poder, y prefieren amasarlo, mirar para otro lado, y no ayudar a los demás, también fueron niños. Nosotros tenemos el poder de controlar el corazón de esas personas del futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario