El conectivismo es una posición epistemológica surgida recientemente que defiende la idea de que el conocimiento, más allá de construirse de forma individual y adquirirse también de este modo, se obtiene por medio de una serie de redes comunes a todo el mundo las cuales nosotros hemos de elegir. Se defiende pues, que el conocimiento existe más allá del individuo en sí, encontrándose fuera de este y pudiendo adquirirse en cualquier momento, variando de manera continua.
Estos conocimientos, pues, se hayan en un conjunto de redes cuyos nodos al conectarse generan ese conocimiento. Toda esa información no se ve controlada por ninguna organización formal, pero esas organizaciones sí deben conectarse a estas redes de información en continuo cambio para extraer su significado (Bates, 2017).
Como podemos deducir, al hablar de estas redes de conocimiento podemos hacer referencia a Internet, con la que, los defensores de esta corriente defiende que el conocimiento en sí cambia su naturaleza, volviéndose más importante el conductor que el contenido que es conducido (Bates, 2017).
Algunos de los defensores de esta corriente son autores como Siemens, o Downes, los cuales, además de afirmar lo anteriormente expuesto, explican cómo el aprendizaje puede residir en dispositivos no humanos, y que el aprendizaje y el conocimiento dependen de la diversidad de opiniones. Se piensa pues, que el conocimiento es el objetivo de todas las actividades de aprendizaje conectivistas, y que este se adquiere en base a los demás conocimientos expuestos en otros lugares de las redes a las que se tiene acceso. Se destaca que el propio proceso que se ha de hacer de seleccionar información para encontrar el conocimiento adecuado , implica un aprendizaje. (Bates, 2017).
Todo esto, llevado al mundo educativo, deja el papel del docente en el puesto de intermediario entre el alumnado y las fuentes y redes de conocimiento a las que se pretende que accedan. Todo lo demás sería un trabajo que deberían realizar los alumnos por medio de las redes informativas a través de instrumentos tales como los E.P.A. (Entornos personales de aprendizaje). Cabe destacar que hay también muchas opiniones que manifiestan desacuerdo con esta corriente, y que la consideran poco útil o efectiva (Bates, 2017).
Desde mi punto de vista este tipo de corrientes es muy útil para determinados conocimientos concretos, pero para otros, tales como por ejemplo las matemáticas, pueden ser menos útiles o eficaces en un tipo de alumnado concreto.
Es bueno enseñar a los niños a acceder a conocimientos válidos por medio de las redes de información, pero no son estas redes lo suficientemente fiables como para poder usarse de manera tan libre a modo de sustitución del docente. Cabe señalar que de la misma forma existirán personas que adquieran los conocimientos de mejor forma investigando por su cuenta y otras que lo adquieran mejor con alguien que les explique detenidamente y dedique tiempo, depende también de lo que se quiera enseñar.
Por medio del aprendizaje conectivista, bajo mi opinión, pueden adquirirse conocimientos, pero difícilmente podrían adquirirse habilidades tales como la pintura, escultura o baile, labores que requieren de un ojo inteligente que corrija y ayude a mejorar su actividad al individuo que aprende en un momento concreto de su aprendizaje.
BIBLIOGRAFÍA:
Como podemos deducir, al hablar de estas redes de conocimiento podemos hacer referencia a Internet, con la que, los defensores de esta corriente defiende que el conocimiento en sí cambia su naturaleza, volviéndose más importante el conductor que el contenido que es conducido (Bates, 2017).
Algunos de los defensores de esta corriente son autores como Siemens, o Downes, los cuales, además de afirmar lo anteriormente expuesto, explican cómo el aprendizaje puede residir en dispositivos no humanos, y que el aprendizaje y el conocimiento dependen de la diversidad de opiniones. Se piensa pues, que el conocimiento es el objetivo de todas las actividades de aprendizaje conectivistas, y que este se adquiere en base a los demás conocimientos expuestos en otros lugares de las redes a las que se tiene acceso. Se destaca que el propio proceso que se ha de hacer de seleccionar información para encontrar el conocimiento adecuado , implica un aprendizaje. (Bates, 2017).
Todo esto, llevado al mundo educativo, deja el papel del docente en el puesto de intermediario entre el alumnado y las fuentes y redes de conocimiento a las que se pretende que accedan. Todo lo demás sería un trabajo que deberían realizar los alumnos por medio de las redes informativas a través de instrumentos tales como los E.P.A. (Entornos personales de aprendizaje). Cabe destacar que hay también muchas opiniones que manifiestan desacuerdo con esta corriente, y que la consideran poco útil o efectiva (Bates, 2017).Desde mi punto de vista este tipo de corrientes es muy útil para determinados conocimientos concretos, pero para otros, tales como por ejemplo las matemáticas, pueden ser menos útiles o eficaces en un tipo de alumnado concreto.
Es bueno enseñar a los niños a acceder a conocimientos válidos por medio de las redes de información, pero no son estas redes lo suficientemente fiables como para poder usarse de manera tan libre a modo de sustitución del docente. Cabe señalar que de la misma forma existirán personas que adquieran los conocimientos de mejor forma investigando por su cuenta y otras que lo adquieran mejor con alguien que les explique detenidamente y dedique tiempo, depende también de lo que se quiera enseñar.
Por medio del aprendizaje conectivista, bajo mi opinión, pueden adquirirse conocimientos, pero difícilmente podrían adquirirse habilidades tales como la pintura, escultura o baile, labores que requieren de un ojo inteligente que corrija y ayude a mejorar su actividad al individuo que aprende en un momento concreto de su aprendizaje.
BIBLIOGRAFÍA:
Bates, A.
W. (2017). Conectivismo. En A. W. Bates, Enseñar en la era digital.
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