En esta entrada me dispongo a hablar de un tema tratado en clase en la mención de TICE. Desde antes de empezar Magisterio, y ni siquiera Bachillerato, la atención a las personas de diversidad funcional es una labor que siempre me ha llamado la atención de manera especial y por la que he sentido una gran atracción. Es por ello por lo que este tema de trabajo me ha resultado de gran interés y deseo comentar algunos aspectos sobre él.
Sin duda la labor de mis compañeros ha sido excelente y el trabajo ha estado muy bien elaborado y tratado, han abordado temas diversos sobre diferentes usos de las TIC por personas con diferentes disfuncionalidades, y lo han hecho de manera muy humana y sensible. Pero sobre lo que quiero reflexionar a continuación no es sobre su desempeño del trabajo, sino sobre un tema a debatir que surgió tras el mismo de la mano de un profesor: centros de educación especial: ¿sí o no?
Siempre se habla de la integración del alumnado en las aulas para su posterior integración futura en la sociedad, aspecto que desde mi punto de vista es fundamental e indiscutible. El que dentro de las aulas escolares comunes se encuentren alumnos de educación especial, desde mi puto de vista, es un aspecto, lejos de discutible, necesario. Y no sólo es necesario para el alumno de educación especial, sino para el resto de compañeros sin disfuncionalidad que aprenden a tratar con él y a ser tratados al mismo tiempo. Como estudiante de la carrera de Magisterio, he tenido la grandísima fortuna de poder ir de prácticas a un colegio en el que había alumnos de educación especial integrados en las aulas, y sí, estaban integrados, porque aunque no pudiesen seguir el ritmo normal de temario y llevasen materiales diferentes a los de sus compañeros estos alumnos se sentían queridos por el resto de sus compañeros, y los compañeros, literalmente, se peleaban por estar con su compañero de educación especial, por cuidarle y reforzar con él contenidos en los cambios de hora.
El caso es que dentro de este centro hay alumnos que al poseer disfuncionalidades bastante graves se ven en la necesidad de pasar parte de la jornada escolar en las aulas comunes, y otra parte en centros de educación especial, lo cual, desde mi punto de vista es también necesario. El debate surgió por esto mismo, pues hubo personas que creían innecesaria esta atención en centros "diferenciados" y otras (como es mi caso) que lo veíamos necesario en algunas ocasiones.
Hablo desde la experiencia cuando digo que son necesarias las clases de refuerzo o los centros de educación especial en algunos casos en España puesto que las aulas corrientes cuentan por lo general con gran número de alumnos (25-30) a los que es imposible atender de manera óptima si alguno de ellos tiene alguna discapacidad, y más si esta es grave. Las personas que defiendan lo contrario tienen parte de razón, pero han de saber que lo que ellos pretenden sería posible si en un aula común hubiese 12 alumnos por docente o al menos dos docentes por aula.
Cabe destacar que yo misma he tenido la suerte de ir a un colegio en el que se encontraban alumnos de educación, quizás sea ese el motivo por el que ha surgido en mí la vocación que mencioné al principio que me hace inclinarme por el trato con esa personas más que con las corrientes. En ese centro al que yo fui también tratábamos con algunos nuestros compañeros de educación especial durante parte de la jornada escolar, no durante toda ella, y el resultado ha sido óptimo. Señalo que sí ha habido en mi centro alumnos de educación especial que estaban al mismo nivel de aprendizaje de conocimientos que el resto del aula, todo depende de cada individuo y de sus limitaciones.
Es decir, no todo es blanco o negro, cada caso es un mundo y en cada caso pueden ser necesarias unas medida u otras.
Por último adjunto aquí este vídeo de CadenaSer a modo de reflexión:
No hay comentarios:
Publicar un comentario