Este pasado puente he decidido hacer ayuno digital. Aprovechando que el viernes era festivo por el día de la Inmaculada me propuse hacer el ayuno digital durante 3 días. Me abstuve durante esas 72 horas de hacer uso de Whatsapp, Telegram, Twitter, Facebook e Instagram, pues son las redes sociales que uso habitualmente.
No eliminé en ningún momento la posibilidad de recibir notificaciones de estas aplicaciones, lo cual suponía una tentación. A pesar de ese inconveniente conseguí no ceder en mi afán por no usar las redes sociales, y esto supuso grandes ventajas, ya que dediqué mas tiempo a leer libros que tenía pendientes, a hacer trabajos de manera eficiente, y a estar con mi familia. Desconecté por así decirlo de un clima que realmente es agobiante, puesto que en las redes sociales nos transmiten información continuamente y nos reclaman atención muchas veces de manera continua. Fue realmente la vivencia completa de un fin de semana, sin tener que pensar en contestar mensajes, en subir fotos, en ver Tweets... y sin encontrar contenidos desagradables.
No eliminé en ningún momento la posibilidad de recibir notificaciones de estas aplicaciones, lo cual suponía una tentación. A pesar de ese inconveniente conseguí no ceder en mi afán por no usar las redes sociales, y esto supuso grandes ventajas, ya que dediqué mas tiempo a leer libros que tenía pendientes, a hacer trabajos de manera eficiente, y a estar con mi familia. Desconecté por así decirlo de un clima que realmente es agobiante, puesto que en las redes sociales nos transmiten información continuamente y nos reclaman atención muchas veces de manera continua. Fue realmente la vivencia completa de un fin de semana, sin tener que pensar en contestar mensajes, en subir fotos, en ver Tweets... y sin encontrar contenidos desagradables.
Cabe destacar que avisé a mis compañeros de que hacía este ayuno, y en varias ocasiones me llamaron por teléfono para quedar y modificar cosas de trabajos, por lo que en ningún momento el quitarme del uso de las redes sociales me limitó de algún modo, ni en lo social ni en lo académico. Lo mejor es que no perdí el tiempo leyendo (sobretodo en whatsapp) conversaciones poco trascendentales que nos absorben mucho tiempo y con ello aproveché, como dije anteriormente, para terminar de leer libros interesantes que tenía pendientes y pasar más tiempo con mi familia. Cabe destacar que mi uso del móvil disminuyó en un gran porcentaje, ya que el mismo lo uso básicamente para hablar por medio de estas redes sociales. Es decir, el móvil se convirtió para mí en una herramienta prescindible y secundaria. Sin duda me planteo hacer este ayuno digital de manera habitual, espero conseguirlo.
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